La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada Molina, condenó los actos de violencia registrados durante la marcha convocada por la Generación Z, movilización que buscaba denunciar la inseguridad que enfrenta el país. Aunque la protesta inició en calma, se tornó tensa al ingresar al Centro Histórico, donde un grupo de encapuchados derribó las vallas que rodeaban Palacio Nacional, lo que provocó choques con elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
Brugada sostuvo que la ciudad garantiza la libertad de expresión, pero recalcó que ningún acto violento será permitido. "Quienes cometan delitos deberán responder ante las autoridades", afirmó tras inaugurar la reapertura total de la Línea 1 del Metro. La mandataria expresó su solidaridad con las personas lesionadas y confirmó que 14 policías continúan hospitalizados, a quienes reconoció por su labor durante los disturbios.
También subrayó que la capital "no aceptará violencia en las calles" y que cualquier intento de sembrar caos fracasará. Hizo un llamado a la ciudadanía a mantener las manifestaciones en la ruta pacífica y a evitar provocaciones. Indicó que la protesta fue impulsada en parte por grupos conservadores inconformes con el Gobierno, aunque reiteró que todas las expresiones opositoras son bienvenidas mientras se desarrollen sin violencia.
Durante los enfrentamientos, policías realizaron acciones de contención sin responder directamente a las agresiones. Según autoridades, los encapuchados utilizaron cohetones, artefactos explosivos de fabricación casera, objetos contundentes y herramientas para atacar a los elementos de seguridad y dañar mobiliario urbano. Pablo Vázquez Camacho, titular de la SSC, calificó como "inaceptable" que la movilización derivara en actos agresivos pese al despliegue de 800 policías, personal de Protección Civil, bomberos, Metro, Metrobús y observadores de la Comisión de Derechos Humanos local.
La Secretaría de Gobernación también condenó los disturbios y confirmó el uso de explosivos caseros durante la protesta. La presidenta Claudia Sheinbaum, quien se encontraba en gira por Tabasco, llamó a manifestarse de forma pacífica y respaldó el trabajo de las autoridades locales para contener la situación sin recurrir a la represión.
El movimiento Generación Z surgió como respuesta al malestar social por la inseguridad, el desgaste institucional y la manipulación política. Inspirado en protestas internacionales, ha buscado reunir a jóvenes inconformes con el rumbo del país. La convocatoria cobró mayor fuerza tras el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, hecho que intensificó el descontento entre simpatizantes.
Las autoridades capitalinas reiteraron que continuarán garantizando el derecho a la protesta, pero actuarán ante cualquier acción que ponga en riesgo a la ciudadanía o al patrimonio de la ciudad. Brugada insistió en que el diálogo y la vía pacífica deben prevalecer en cualquier manifestación, incluso en las impulsadas por movimientos críticos al Gobierno.
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