PT impulsa que la violencia vicaria sea reconocida como delito en todo México
El Partido del Trabajo (PT) en el Senado llamó a los congresos estatales de Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Nuevo León, Querétaro, San Luis Potosí, Tabasco, Veracruz y Chihuahua a armonizar sus códigos penales para tipificar la violencia vicaria como delito. La iniciativa busca proteger de manera integral a las víctimas y garantizar sanciones proporcionales, así como acceso efectivo a la justicia para mujeres, niñas y niños afectados.
El punto de acuerdo, promovido por las senadoras Geovanna Bañuelos, Liz Sánchez, Ana Karen Hernández y Yeidckol Polevnsky, junto con el senador Alberto Anaya, también pide fortalecer la capacitación de personal judicial, ministerial y pericial en las 32 entidades del país. El objetivo es prevenir la impunidad, evitar la revictimización institucional y asegurar procesos ágiles y sensibles, con perspectiva de género.
Asimismo, solicitan a la Secretaría de las Mujeres y sus homólogas estatales implementar protocolos especializados de atención que incluyan asesoría jurídica, apoyo psicológico y acompañamiento para los hijos afectados, siempre con enfoque en derechos humanos y el interés superior de la infancia.
La violencia vicaria consiste en que un agresor dañe a una mujer a través de sus hijos para castigarla o mantener control sobre ella, atentando también contra los derechos fundamentales de la niñez. Según el Frente Nacional contra la Violencia Vicaria y la Secretaría de Gobernación, en el 86% de los casos los agresores amenazan con dañar a los hijos como mecanismo de coerción.
Actualmente, aunque 29 estados reconocen la violencia vicaria en sus leyes, solo 22 la han tipificado formalmente como delito, lo que genera vacíos legales que impiden sancionar a los agresores y protegen de manera insuficiente a las víctimas. Los legisladores del PT también destacaron la necesidad de contar con un sistema nacional de datos, que incluya información de fiscalías, tribunales, refugios y organizaciones civiles, para medir avances, detectar rezagos y visibilizar a las víctimas.
En su posicionamiento, los senadores subrayaron que la violencia vicaria no es un hecho aislado, sino un reflejo de un sistema que permite que el dolor de mujeres e infancia sea usado como herramienta de control. Combatirla, aseguraron, requiere sensibilidad, compromiso y justicia con rostro humano.
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