Cuando la música llega a la escuela y transforma a Milpa Alta
La música encontró en Milpa Alta un territorio fértil para florecer. La tarde del 16 de diciembre de 2025, la FARO Miacatlán se convirtió en un espacio de encuentro comunitario donde cerca de 150 niñas, niños y adolescentes vivieron su primer acercamiento a un escenario, como parte del concierto "Muestra Do Re Mi", impulsado por el programa "Do Re Mi Fa Sol por mi Escuela".
El evento reunió a estudiantes de siete escuelas públicas de la demarcación, quienes durante meses se prepararon para interpretar un repertorio decembrino y tradicional que incluyó piezas como Noche de Paz, El Burrito Sabanero, Huachito Torito y Campanas navideñas. Violines, flautas, guitarras, teclados y percusiones dieron forma a un concierto que fue mucho más que una presentación escolar.
Desde los momentos previos, la atmósfera estuvo cargada de nervios, emoción y compañerismo. Dinámicas lúdicas, palabras de aliento y la complicidad entre docentes y alumnado marcaron el tono de una jornada pensada para disfrutar, aprender y compartir. Para muchas infancias, fue la primera vez frente a un público; para las familias, una oportunidad de presenciar un logro construido desde el aula.
El programa "Do Re Mi Fa Sol por mi Escuela", impulsado por el Gobierno de la Ciudad de México, busca acercar la educación musical a comunidades históricamente alejadas del acceso cultural. Actualmente opera en 500 escuelas públicas, con cerca de 500 docentes y más de 15 mil instrumentos distribuidos, bajo la premisa de que la cultura es un derecho fundamental.
Durante el concierto, cada escuela aportó su propio sello. Las interpretaciones estuvieron acompañadas de elementos visuales y vestuario alusivo a la temporada, lo que reforzó el carácter festivo del encuentro. Aplausos prolongados y miradas de orgullo confirmaron el impacto emocional del evento.
Para las y los docentes, la jornada representó la culminación de un proceso formativo que va más allá de lo musical. La música se convirtió en una herramienta para fortalecer la autoestima, la concentración y la expresión emocional de las y los estudiantes.
El cierre del concierto reunió en el escenario a alumnado, docentes y autoridades para una interpretación colectiva, símbolo de un esfuerzo compartido y del poder de la música como lenguaje común. En Milpa Alta, la experiencia dejó claro que cuando la música llega a las escuelas, también transforma comunidades.
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