El sorteo del Mundial 2026 pone en juego el futuro del T-MEC

El sorteo del Mundial 2026 pone en juego el futuro del T-MEC

Por: Héctor Herrera 

El sorteo del Mundial de Fútbol 2026, que se realizará este viernes en Washington, abrió la posibilidad de una reunión entre los mandatarios de México, Estados Unidos y Canadá. La coincidencia entre este evento y el proceso de revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) genera un escenario propicio para un encuentro trilateral.

El T-MEC, vigente desde 2020, debe ser evaluado en 2026 para determinar si continúa por otros 16 años o si se modifica. Las consultas internas ya comenzaron en los tres países y el cierre administrativo de fin de año acelera la necesidad de definir posiciones y avanzar en acuerdos.

En su conferencia matutina, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, adelantó que este jueves informará si viajará a Washington para asistir al sorteo y, eventualmente, participar en una reunión trilateral. Hasta ahora, Sheinbaum y el presidente estadounidense, Donald Trump, han sostenido varias conversaciones virtuales, pero no se han reunido en persona.

Trump, durante el primer día de consultas presenciales sobre el T-MEC en Washington, señaló que el acuerdo podría expirar en aproximadamente un año si no se renueva y que existe la posibilidad de renegociarlo. También afirmó que administraciones estadounidenses anteriores permitieron que México y Canadá obtuvieran ventajas comerciales.

El primer ministro de Canadá, Mark Carney, también podría participar en la reunión, lo que reforzaría el carácter político del encuentro en torno al sorteo.

El Mundial 2026 tendrá un impacto global significativo: se estima que será visto por 5,000 millones de personas, generará una derrama económica de 28,000 millones de dólares y contará con 106 partidos. Este evento, además de su importancia deportiva, se convierte en un punto de coincidencia que puede facilitar el diálogo entre los tres gobiernos en un momento clave para el futuro del tratado comercial.

La posibilidad de una cumbre en Washington refleja el interés de los tres países por definir el rumbo económico de la región y asegurar certidumbre en la relación comercial más relevante de América del Norte. Por ahora, la atención se centra en la decisión de Sheinbaum y en la agenda que se configure alrededor del sorteo.