El verdadero reto del 3 de diciembre: romper las barreras que el mundo sigue ignorando

El verdadero reto del 3 de diciembre: romper las barreras que el mundo sigue ignorando


Por: Inés Arroyo 


Cada 3 de diciembre, la comunidad internacional recuerda la importancia de garantizar los derechos y la participación plena de las personas con discapacidad. La fecha, establecida por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992, busca visibilizar las barreras que todavía enfrentan millones de personas y reafirmar el compromiso global con la inclusión.

Hoy, más de 1,300 millones de personas viven con alguna discapacidad. Es un sector amplio y diverso que continúa encontrando obstáculos en ámbitos esenciales: educación, empleo, movilidad, salud y acceso a la tecnología. Aunque existen avances normativos, la realidad muestra que la igualdad de oportunidades aún está lejos de alcanzarse.

La conmemoración se integra al marco de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, aprobada en 2006. Este instrumento internacional obliga a los países a crear entornos accesibles, eliminar la discriminación y promover la participación activa de las personas con discapacidad en la vida social, política y económica. México forma parte de esta Convención y ha adoptado compromisos para fortalecer políticas en materia de accesibilidad y derechos humanos.

El 3 de diciembre también se relaciona con la Agenda 2030, que incluye metas clave para la inclusión. Entre ellas destacan la educación de calidad, el trabajo digno, la reducción de desigualdades y la construcción de ciudades accesibles. Estos objetivos subrayan que el desarrollo sostenible requiere integrar plenamente a todas las personas, sin excepciones.

Cada año, Naciones Unidas propone un eje temático para orientar las acciones y campañas. Los temas suelen enfocarse en la innovación tecnológica accesible, el empleo incluyente, la participación comunitaria y la transformación de entornos urbanos. A partir de estos lineamientos, gobiernos, organizaciones civiles y empresas realizan conferencias, actividades culturales, talleres y campañas informativas para reforzar una cultura de respeto y visibilidad.

El modelo social de la discapacidad, promovido por organismos internacionales, sostiene que la discapacidad surge cuando existen barreras que impiden la participación. Esto implica que el verdadero desafío no está en la condición individual, sino en los obstáculos físicos, sociales y actitudinales que persisten en el entorno. Bajo esta perspectiva, la inclusión se convierte en una responsabilidad compartida.

El Día Internacional de las Personas con Discapacidad no solo invita a reflexionar; exige acciones concretas. Implica garantizar accesibilidad en espacios públicos, generar oportunidades laborales reales, facilitar el acceso a la tecnología y promover una cultura que rechace estigmas y prejuicios.

La fecha no es una ceremonia simbólica. Es un recordatorio de que la dignidad, la igualdad y la participación deben ser principios que se ejerzan todos los días. La inclusión no es una meta futura: es una necesidad presente.





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